
24 May Cómo aprender a tejer punto y ganchillo
El punto y el ganchillo son dos, de las múltiples, técnicas del tejido a mano.
Así que la primera pregunta que me viene a la cabeza, y la que muchas personas me hacen cuando les digo que soy tejedora y profesora de punto y ganchillo, es:
¿Tejer? ¿Cómo que tejes? Pues sí, tejo, punto y ganchillo.
Pero es que además me apasiona enseñar a tejer de forma presencial.
Seguro que si estás aquí es porque: ya sabes qué es tejer.
Quizá sepas ya qué es tejer, pero a lo mejor aún no sabes y te gustaría aprender; o quizá sepas pero te gustaría mejorar o perfeccionar tu técnica. Tanto en punto como en ganchillo.
Actualmente hay múltiples formas, lugares y medios para aprender, partiendo de la principal diferencia del online y el presencial. Con el mismo objetivo, pero el medio es la principal diferencia, con sus pros y contras.
Te voy a contar un poco sobre las dos, tanto como consumidora de ellos, como profesora.
CLASES ONLINE
La formación online para aprender a tejer viene ya en auge desde hace unos años, por el crecimiento de la tecnología y comunicación. Actualmente se ha acelerado por la situación de la pandemia.
Nació hace tiempo, comenzando con el formato DIY, en forma de píldoras de técnicas puntuales con video-tutoriales gratuitos o cursos en diferido estilo DIY. También en plataformas de redes sociales, como Facebook, donde se crean grupos y, en el mismo se enlaza, a guías en PDF y a videos en YouTube. En ellos se explican los primeros pasos a seguir o alguna técnica en concreto. A través de mensajes el profesor va contestando dudas o comentando avances en comentarios en diferido o vía email.
Una de las desventajas o limitaciones que veo, y que me ocurrieron como alumna, es la imposibilidad del “aquí y ahora” justo en el momento necesario, con usa duda o problema espontáneo.
Actualmente este servicio se sigue ofreciendo y consumiendo, pero se ha ampliado a una formación en conexiones en directo (no sólo en diferido) Con grupos a través de plataformas, por lo que: estés donde estés, a una hora en concreto te conectas a través de alguna plataforma tipo Zoom o Skype y recibes la clase. Si no puedes, generalmente estas clases se graban y te dan el acceso para poder verla cuando puedas en diferido. En ellas también puedes resolver tus dudas en el momento y al mismo tiempo ver y compartir con el profesor y compañeros.
CLASES PRESENCIALES
La formación presencial tiene el mismo objetivo, formar en técnica, destreza y comprensión, pero con la diferencia principal del tu a tu, ahí, contigo y la comunidad cercana que se crea.
Un ejemplo claro de ese “punto de valor” es poder señalar “ese punto” en la labor que no ves, tocarlo y ver qué ha salido mal y porqué.
Ejecutar al unísono, profesora y alumna, el mismo movimiento en la misma posición. Coger la labor y poder moverla para poder ver aquello que nos explican.
Hay una frase que hace años repito con felicidad: “abrazo a las alumnas cuando les enseño a tejer” … es literal en muchos casos.
Porque cogerle las manos, ayudarlas a colocar bien la aguja y el hilo de forma presencial ayuda mucho a poder ejecutar de forma fluida el repetitivo movimiento del crear puntos.
Creando piezas tejidas a mano por ti misma puedes conseguir un armario único, o piezas de decoración muy especiales. Además los trabajos de tus compañeras pueden inspirarte, sintiéndote también acompañada en todo momento, teniendo siempre una mentalidad positiva cuando te sientas frustrada.
Encontrar una idea que te motive es fundamental y en comunidad es mucho más fácil. Aquí puedes ver algunas prendas tejidas por mis alumnas
Está claro que una de las desventajas de la formación presencial, es el “día y hora fijos” El lugar donde quieres o puedes aprender no está cerca, o tienes que desplazarte más de lo deseado, combinándolo con la limitación del horario, que puede que no te cuadre día y hora.
La formación presencial tiene, como tejedora (no solo como profesora) un punto muy a favor, que es el contacto directo con la comunidad tejeril.
Conocer personas con un mismo interés. Compartir ilusiones de compañeras y ver in situ sus avances y técnicas que quizá hasta entonces no conocías o no te habías planteado experimentar.
Por supuesto la formación presencial creo que tiene, como aspecto positivo y ventaja, la atención personalizada, in situ, respondiendo a las necesidades de cada alumno de forma concreta en el momento necesario, adecuado.
Como imaginarás yo prefiero la formación y el aprendizaje presencial, por la comunidad que se crea y la desconexión y reconexión que se genera, con ella y contigo misma. Por lo que, si como yo, prefieres las clases presenciales, te invito a que te informes y disfrutes de mi mano del mundo del tejido.
Personalmente he sido consumidora de formación online en diferido, hace años, en cursos para perfeccionamiento de técnicas, construcciones y diseño de tejido. Porque aunque sea una tejedora experta, siempre hay alguien que sabe más que yo, y de la que puedo aprender. Tanto para mí, como para poder mejorar y transmitir mis conocimientos teóricos, ya llevados a la práctica, a mis alumnas.
Estar en la misma situación y posición que mis alumnas cuando aprenden
Esto es lo que hace sin duda que opte exclusivamente a ofrecer una formación presencial. Por lo que este tipo de aprendizaje supone para ellas y la experiencia presencial para ambas.
Como te he contado antes, soy profesora de punto y ganchillo de forma presencial desde 2015 de forma continuada, con hasta más de 60 alumnas antes de la pandemia (marzo 2020) y actualmente con aproximadamente 30, repartidas en diferentes espacios. Además de mi aportación como voluntaria tejedora y coordinadora de un grupo en la asociación de labores solidarias IAIA; donde, junto a las colaboradoras tejemos para colectivos en exclusión social.
Tejer en compañía, en una comunidad presencial te ayuda a conocer, ver y tocar y tener un acceso más directo a todos aquellos elementos que necesitas para tejer y los que mejoran tu experiencia mientras tejer. Yo tengo mis indispensables, los que mejoran la experiencia y mis favoritos.
Personalmente y por mí experiencia a lo largo de más de 10 años tejiendo, prefiero la presencial: su comunidad, la desconexión. Si eres de presencial pregúntame y te informo de mis clases y cómo disfrutarás de este mundo.
Cada alumna con su estilo, necesidades y retos. Pero…
todas con el mismo objetivo, el cual intento transmitir cada día: #tejeydisfruta.
Paloma
Posted at 13:46h, 26 mayoYo también prefiero las clases presenciales pero entiendo que no todo el mundo puede ir.
Martu Perino
Posted at 14:03h, 26 mayoQué bien! Y claro, esa es la principal desventaja cualquier formación presencial. Muchas gracias por comentar, un besote.
Charo
Posted at 15:56h, 13 abrilHace muchos años yo iba a clases presenciales porque existían tiendas de lana dónde comprabas el hilo o lana y las mismas dependientas de la tienda te guiaban en tu proyecto.
He pasado tardes muy agradables tejiendo mi proyecto con mis maestras y conversando con las otras alumnas de nuestras cosas. Ojalá hubiese ahora sitios así. Cómo echo de menos aquellas tardes tejeriles!!!
Hice jerseys para toda la familia 😃😃
Martu Perino
Posted at 10:21h, 03 mayoHola Charo! Actualmente existen muchas tiendas y espacios donde poner comprar de forma presencial, y también poder aprender a tejer y compartir de forma presencial. Son unas horas maravillosas en compañía compartiendo más allá del tejido. Te animo a que si te sigue gustando e interesando, busques en tu ciudad. Personalmente yo doy clases presenciales en algunos pueblos de la sierra noroeste de Madrid. Cualquier duda puedes escribirme. Espero que sigas tejiendo, un abrazo.